Con una aplastante mayoría, la Cámara Baja volteó los vetos presidenciales a leyes de financiamiento universitario y emergencia pediátrica. El revés legislativo estuvo acompañado por una masiva manifestación frente al Congreso, donde médicos, estudiantes y docentes celebraron la derrota del Ejecutivo.
El gobierno del presidente Javier Milei sufrió un doble y contundente revés el pasado miércoles, en una jornada que combinó una histórica votación en la Cámara de Diputados con una masiva movilización social en las afueras del Congreso. Con una mayoría arrolladora, la oposición logró rechazar los vetos presidenciales a dos leyes cruciales: la de financiamiento universitario y la de emergencia pediátrica. Este resultado, que superó con creces los dos tercios necesarios para insistir con las normas, evidenció la pérdida de control del Ejecutivo en el Poder Legislativo y la creciente articulación de un frente opositor transversal.
La sesión, que se extendió por varias horas, se centró en el debate sobre los vetos que el Gobierno había aplicado a las leyes. Por un lado, la Ley de Emergencia Pediátrica, que busca otorgar fondos extraordinarios a hospitales como el Garrahan y recomponer los salarios de los trabajadores de la salud. Por el otro, la Ley de Financiamiento Universitario, que actualiza los gastos de funcionamiento de las universidades por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y ordena la reapertura de paritarias para el sector.
El resultado de la votación fue un cachetazo para la Casa Rosada. La ley de emergencia pediátrica fue aprobada con 181 votos a favor, 60 en contra y 1 abstención. El financiamiento universitario, en tanto, obtuvo 174 votos a favor, 67 en contra y 2 abstenciones. En ambos casos, se superó holgadamente el quórum especial, lo que demuestra que la derrota oficialista no solo se debió a la oposición tradicional, sino también al acompañamiento de exaliados y legisladores de bloques provinciales que hasta hace poco respaldaban al gobierno. La votación ahora pasará al Senado, donde se descuenta que los vetos también serán rechazados, dada la posición aún más minoritaria de La Libertad Avanza en la Cámara alta.
La derrota en el recinto fue un reflejo de lo que sucedía en la calle. Mientras los diputados debatían, una multitud de manifestantes, convocada por gremios, asociaciones de médicos y estudiantes, llenó la plaza frente al Congreso. Con carteles que decían «Milei, hiciste enojar a la clase media argenta» y «Recortes en educación, planchado de cerebros», la movilización visibilizó el descontento social con los recortes del gobierno en áreas tan sensibles como la salud y la educación.
El grito de la multitud al conocerse el resultado de la votación en Diputados fue de alegría y alivio, un alarido que atravesó la plaza y que se hizo eco de la sensación de victoria que se vivía en el interior del recinto. Los manifestantes, entre ellos profesionales de la salud con sus ambo blancos y docentes con sus guardapolvos, celebraron la decisión como un triunfo de la sociedad civil y una señal de que el Congreso puede funcionar como un contrapeso efectivo al Poder Ejecutivo.
Analistas políticos señalan que este revés legislativo no solo es un golpe para la agenda de ajuste de Milei, sino que también pone en evidencia la fragilidad de su base de apoyo en el Congreso y su falta de capacidad para negociar y construir consensos. El gobierno intentó hasta último momento revertir la situación, prometiendo a gobernadores aflojar el torniquete fiscal, pero las negociaciones no prosperaron. La decisión de La Libertad Avanza de llevar listas propias en distritos clave, compitiendo con los candidatos de los gobernadores, generó un quiebre en alianzas que hasta entonces se mostraban sólidas.
La jornada del miércoles pasado deja una clara lección: en un país donde las crisis económicas se entrelazan con la desconfianza política, la defensa de la salud y la educación pública sigue siendo una bandera que une a la oposición y moviliza a la sociedad, demostrando que los vetos presidenciales pueden ser revocados cuando la calle y el Congreso se ponen de acuerdo.