El Hospital Especializado en Salud Mental Laura Bonaparte, una institución clave en la atención de personas con padecimientos psiquiátricos y psicológicos en la Ciudad, cerrará sus puertas tras décadas de servicio a la comunidad. El cierre, confirmado por fuentes del Ministerio de Salud, ha generado una fuerte reacción entre profesionales de la salud, pacientes y organizaciones de derechos humanos, quienes consideran la medida un retroceso en la atención pública de la salud mental.
El hospital, fundado con el objetivo de brindar atención integral a personas con trastornos mentales graves, se había consolidado como un referente en el tratamiento de casos complejos, además de ofrecer programas de reinserción social y asistencia a familias. La institución también albergaba actividades académicas y de investigación, contribuyendo a la formación de profesionales de la salud mental.
Entre las razones aducidas por las autoridades para justificar el cierre, destacan problemas de infraestructura y la falta de recursos financieros para su renovación. Sin embargo, asociaciones de trabajadores del hospital señalan que la decisión responde a una política de ajuste que afecta de manera desproporcionada a los servicios públicos esenciales.
La situación ha desatado protestas tanto de los trabajadores como de los pacientes y sus familias, quienes temen que la falta de un plan de reubicación adecuado agrave la crisis de atención en salud mental en la región. Según datos de organismos especializados, la demanda de servicios de salud mental ha aumentado exponencialmente en los últimos años, impulsada por el impacto de la pandemia y el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas.
«Este cierre deja a miles de personas sin un espacio de atención especializado, y es especialmente preocupante en un contexto donde los servicios de salud mental ya están saturados», denunció la doctora Marta González, una de las profesionales del hospital. Además, organizaciones de derechos humanos han advertido que la medida vulnera el derecho a la salud, consagrado en la Constitución, y piden la intervención urgente de las autoridades para revertir la decisión.
El Ministerio de Salud, por su parte, ha anunciado que se planean nuevas inversiones en centros de atención ambulatoria, pero los críticos consideran que estas medidas son insuficientes para compensar la pérdida de una institución de referencia como el Laura Bonaparte. La incertidumbre persiste sobre el futuro de los pacientes que dependen de sus servicios, así como del personal especializado que quedará desempleado.
El cierre del Hospital Laura Bonaparte representa una nueva señal de alarma sobre el estado de la salud mental pública en el país, un campo que, según los expertos, requiere mayor inversión y atención por parte del Estado para evitar un colapso del sistema de atención.