Este viernes, como para terminar la semana con los ánimos en alza, el Gobierno salió a comunicar una mejora supuestamente sustancial en la situación laboral, con un leve aumento en los salarios del sector privado y un incremento del empleo registrado. Sin embargo, los datos oficiales muestran que, en términos reales, el poder adquisitivo sigue cayendo, afectando principalmente a las pequeñas empresas.

El informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales (CEPA) destaca que, si bien se percibe un crecimiento en los salarios nominales, la inflación y los costos laborales han hecho que este aumento sea insuficiente para contrarrestar la caída del poder adquisitivo. Los sectores más golpeados son aquellos con menor capacidad de adaptación a los nuevos desafíos económicos.

Por otro lado, el Gobierno ha enfatizado que las medidas adoptadas están comenzando a dar frutos, destacando que los números son positivos en cuanto a la cantidad de trabajos registrados. Pero, la realidad muestra que gran parte de estos empleos son de baja calidad, con condiciones laborales precarias y salarios insuficientes.

Las pequeñas empresas continúan siendo las más afectadas por la falta de políticas claras que fomenten su crecimiento. La burocracia y las altas cargas impositivas siguen siendo obstáculos para su desarrollo, lo que contrasta con las declaraciones oficiales que sugieren una recuperación generalizada.

Aunque el Gobierno intenta posicionar la mejora laboral como un éxito, los datos sugieren una imagen mucho más compleja. La recuperación parece estar lejos de ser sólida y, por el momento, las consecuencias para los trabajadores y las pequeñas empresas siguen siendo negativas.

FUENTE: SONIDO GREMIAL

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